martes, 23 de noviembre de 2010

El Libro de los Amores Ridiculos


Capitulo #3: Oh, Oh… Desastres
Mire a mi alrededor, totalmente alucinada.
Me encontraba en un cuarto blanco; cada mueble o pared tenía ese blanco resplandeciente.
Por un momento me llegue a preguntar si me encontraba en un manicomio. Quiero decir, ¿Qué otro lugar tendría este blanco tan perturbador?
¿Por qué estoy aquí?- me pregunte en pensamientos; era como si fuese incapaz de pronunciar nada. Y tampoco me podía mover.
Bueno, si lo asía, pero parecía que casi levitara.
A lo lejos escuche una melodía; era suave y dulce, con el toque perfecto de melancolía…
-Me has hecho esperar mucho tiempo.- dijo una voz tras de mí, que se fundía perfectamente con aquella sinfonía.
Gire sobre mis talones, y lo vi: estaba dándome la espalda, sentado en el banco frente a un gran piano negro que… de alguna manera, contractaba perfectamente con el albor de la habitación.
-¿Quién eres?- pregunte con algo de temor en mi voz. No sabía porque, pero esa extraña figura me intimidaba.
El se giro lentamente. Solo alcance a ver su cabello de una extraña tonalidad broncínea, porque su rostro fue sesgado por un fogonazo; una extraña y plateada luz que cubría su semblante.
El estiró su mano asía mí y yo estire la mía vacilante, cuando…
-¡JONROOOON! ¡DE PRIMERA LIGA!– Grito una voz desde la nada.
Mire a mi alrededor, un tanto confundida.
-¿Qué ha sido eso?- le pregunte al extraño frente a mí, aun sin poder ver su rostro.
El carraspeo, parecía que ahogaba una risa picara.
Me sentí cautivada por la forma en que sus anchos hombros se sacudieron. Era tan armonioso, tan continuo, tan… sensual.
Parecía a punto de decir algo, pude notar como sus rellenos labios carmesíes se entreabrieron, cuando la visión se fundió, llevándose a mi extraño pianista con ella…
Ahí fue cuando desperté, efecto de los desolladores gritos de Jacob y Peter. Abrí los ojos lentamente, un tanto contrariada. Me sentía completamente agotada después de haber limpiado el regalo que me lleve al entrar a la casa de Peter. ¡Y vaya que regalo!
-¡Maldita sea!- exclame bastante enojada. Que alarma tan eficiente, hubiera preferido seguir despertándome por los rayos de luz de mi ventana del convento, y no por gritos desparramados que salían de la boca de ¿Jacob?
¡Claro! típico de hombres: “gritos”, tiraderos de ropas, comida chatarra, revistas y lo que uno menos se imagina, esta iba hacer mi nueva casa, así que la que tenía que adaptarse era yo. Vaya, claro que faltaba una mano en este “Dulce Hogar”
Me levante tranquilamente sin el menor ruido posible que pudiera hacer, tendí mi cama tenía esa costumbre, me cepille, me vestí con la ropa mas adecuada para estar en casa y me dirigía a la sala o tal vez a la cocina, mi estomago no paraba de sonar, el arroz chino de ayer no me lleno para nada, aunque no se cómo haría eso… de pasar como si nada, negando la presencia de los dos.
Abrí la puerta del cuarto, apenas lo hice se dieron cuenta. ¡Rayos!
-Buenos días, muchacha.- dijo Peter jocosamente.
Fruncí el ceño.
-Tengo mi nombre. Y no es precisamente “muchacha”- dije un tanto enojada.
Barriga de bambalina.- complete en pensamientos.
-Como sea.- dijo.- Vamos a desayunar.
Se levanto del sofá, seguido de Jacob, que no despegaba su mirada del suelo. Un sutil rosa adornaba sus mejillas. Lo mire confundida, hasta que caí en cuenta que seguramente sería por el short de franela que tenia puesto. Carraspee bastante incómoda.
-Voy en un momento.- dije, escabulléndome lo más rápido que pude a mi habitación.
Remplace el short por un jeans, y cambie la camisa de tiras por un top tipo baby doll rosa pastel. Me vi en el espejo y me di por satisfecha por ver lo bien que contractaba ese tono de rosa con mi piel morena.
-¿Qué desayunaremos?- pregunte al entrar. Me quede loca al ver lo que había en la mesa.- ¿Banana Split?... Wow, que… sofisticado.
Peter puso los ojos en blanco.
-Siéntate, niña.
Imbécil.
Me senté en una de las tres sillas, ninguna a juego, y removí con la cuchara de plástico el sirope del helado.
-¿No tienes cereal?- dije.
Peter suspiro. Se levanto y tomo una caja de cereales de la alacena. Sirvió un poco en un bol, extrajo un bote blanco de la nevera y lo hecho sobre los cereales ¿era la leche? y me lo puso al frente.
-Humm. Ten, revisa la fecha de caducidad. Eso lleva ahí un tiempo.
Hice una mueca de asco asía mi desayuno.
-Tocara.- suspire.
-¡Genial!- exclamo Jacob a mi lado, tomando mi postre y echándolo en su gran cuenco.- Mas para mí. Eh… hola, por cierto.
Parecía avergonzado.
-¿Eh?... hola.- dije, dudando de la palabra.
Hundí la cuchara en los cereales y me la lleve a la boca. Escupí todo de improviso, sobre Jacob. Comencé a toser por el horrible sabor que impregnaba mi boca.
-Humm. Si querías mantener tu banana Split para después, me hubiese dicho.- dijo Jacob, admirando lo que había escupido sobre sus pantalones.
-No es eso.- negué, muerta de vergüenza.- Es que… sabe ha… ¡A licor… con ¿yogur?!... Arg, Peter, imbécil.- le chille.
Peter palideció, y rápidamente probo aquel engrudo que me había servido.
-¡Diablos!- exclamo.- Lo siento, muchacha. Tuvimos unos quinces el mes pasado, y no quería que los chicos bebieran anís.
-¡¿EL OTRO MES?!- lo cite incrédula, sin dejar de limpiarme la boca.- ¿Y qué diablos es “anís”?
-Una bebida de la que no quieres saber.- suspiro Jacob, limpiando su pantalón con una servilleta.
-Me voy a cepillar.- dije entre dientes.- Jacob… l-lo siento, no quería escupirte.
-No te preocupes.- sonrió.
Me cepille y me cambie el jeans que tenia, no podía verle la cara al menos por hoy al pobre Jacob, después de haberle escupido de esa manera, que bonita manera de iniciar el día siguiente, no me quería ni siquiera imaginar cómo serán los otros.
Me acosté en mi cama, de un momento a otro perecía que el mundo se hubiera detenido frente a mí, me sumí en mis pensamientos aquellos que no me dejaban en paz y dominaba por completo mi fuerza de voluntad. ¿Quién era ese chico? ¿Por qué le soñé? Ya Jacob estaba perdonado y el “Maldita sea” que salió de mi boca al despertarme, se había convertido en un “Discúlpame” y solo vergüenza.
Me tome un largo tiempo para pensar en mucho y poco, al rato escuche que tocaban mi puerta, pero el ruido era tan bajo que si estuviera dormida ni cuenta me hubiera dado de ello, no quería abrir pero seguía insistiendo y con mayor ruido que el de antes.
-¿Quién es?- Dije dudando
– S-soy yo Jacob- tartamudeo, parecía ser el, el que escupió esa horrible sustancia en mis piernas
- ¡AH! Pasa Jacob- salió de mi boca sin pensarlo, me arrope lo mas que pude no quería que sucediera el accidente de hace rato.
-Si soy yo al parecer- entro me miro y después me quito la vista de encima, hacia movimientos de aquí para allá, parecía un niño inquieto, quería decirme algo pero no se atrevía.
-Humm. ¿Sucede algo, Jake?
-¿Jake? Tenía tiempo sin oír a alguien que me llame de esa manera.
-Bueno, si dije algo malo discúlpame. No fue mi intensión, yo solo…
Me interrumpió enseguida
-No te preocupes lo contrario me gusta mi nombre de esa forma, Jacob es un tanto serio prefiero Jake y si viene de ti un honor- sonrió después de completar aquellas frases, me estaba era distrayendo para no decirme en realidad porque estaba aquí.
-¡Jake! Ya no des tantas vueltas ¿sí? dime de una vez el motivo de estar aquí.
-Es que bueno ya que estas aquí y eres totalmente nueva, te quería decir claro… solo si  tu quieres, este… ir conmigo a conocer la ciudad ¿te gustaría?
¡dios! me quede en blanco no sabía que decir Jake me encantaba todo él, pero tenía miedo de enamorarme de ilusionarme, perderlo a pesar de que tal vez no era para mí, senté cabeza y dije “YA BASTA” de esconderte, ser amiga de la soledad, arriésgate; nada vas a perder pero puede que ganar.
-¡Claro que si Jake! Sería un honor para mí- entonamos los dos unas risitas.
-El honor seria todo mío, bonita… ¡lo siento! Quiero decir, Heaven. Ugh.- hiso una mueca, totalmente avergonzado.
Carraspee. Ese “bonita” sonaba a… diablos, no me gustaba. Pero no quería herir sus sentimientos.
-Tranquilo.- le dije.- No hay problema.
El sonrió con pasividad, pero aun estaba avergonzado. Sus grandes orbes azabaches me lo decían. Me levante y fui al armario, saque una playera blanca y un jeans oscuro. Estaba a punto de vestirme cuando un fogonazo de razón llego a mi mente.
-Eh... Jake ¿no sería mejor si tú te sales, para que yo pueda vestirme? Digo, sería más cómodo.
-¡Claro! Yo ya salía; no me creas tan irrespetuoso.- bufo.- Bueno, te espero en el sofá, voy a avisarle a Peter de una vez. Ya sabes cómo es ese viejo.- soltó una risita.
Yo asentí. Me vestí con la ropa y Salí a la sala. Jacob me esperaba ya listo, con los pantalones cambiados y todo. Un fuerte, pero suave, olor madoroso llego a mí. Cuando estaba al lado de Jacob me di cuenta de que ese olor a madera resinosa era él. Aspire por la nariz, embriagándome de ese olor tan hogareño. Era exquisito, algo que lo definía totalmente.
-¿A qué lugar me llevaras Jacob? – pregunte inquietantemente con media sonrisa en mi rostro
-Eso es una sorpresa- respondió dulcemente mirándome a los ojos
-Bueno sorpréndeme.- Dije enarcando una ceja
-Hare lo posible Srta. Heaven -suspiro- tal vez eso este un poco difícil.
-Si lo dices… Por eso, lo único que te voy a pedir, es casi todo lo que haya en ese lugar nada más.-dije seriamente. Pero al ver su cara de WTF, solté una risita.- es broma Jake no soy de esas que exigen mucho o hasta lo imposible, el tener una compañía como tu es mas que suficiente.
Era tan increíble oírme hablar de esa manera, no sabía antes lo que era eso, por eso me encantaba tanto, por eso no quería estar lejos de él ni un solo instante; me hacía sentir bien, que podía confiar en alguien. Alguien que estuviera a mi lado sin condiciones sin criticas, el era único en todos los aspectos.
-Vamos- dijo abriéndome la puerta, hasta se me había olvidado por completo que Peter estaba ahí, no quise ni despedirme de él ni nada, solo no me interesaba un carrizo hacerlo, había sido su culpa el haber escupido ha Jake en sus pantalones, un desagrado mas para que no me callera bien ¿cuál será la otra tontería que haga?  Se me quedo mirando fijamente mientras me acercaba a la puerta para salir, podía leer sus expresiones me miraba con carita de perro arrepentido, con un letrero muy grande en su frente que decía: “Cuídense” aunque de su boca no salía ni pio.
-Adiós viejo, llegaremos temprano así que no te tienes que preocupar de nada.
-¿Que no me preocupe de nada?- dio un suspiro muy ligero. –Los esperare, vayan con cuidado.
-Viejo… –dudo- S-será que me puedes emprestar tu carro- dijo apenado.
Nooooo.- Grite para mis adentros,- todo iba bien hasta que abriste tu bocota ¡maldición, Jacob!
-Está bien, Jacob-dijo entregándoles las llaves. –pero me lo cuidas.
Mi humor cambio por completo, al escuchar esas palabras de Peter, que insolente que le cuidara el carro, solo un borracho pensaría en robárselo esa chatarra, y lo dudaría mucho. Quería reventar a carcajadas por montón, me daba un poco de pena con Jake, pero no aguantaba la verdad, así que para negar la evidencia me fui corriendo al baño… porque si no, estallaría.
Fui al baño… Salí y me dirigí hacia la sala, con lentitud no quería montarme en esa chatarra estaba en condiciones deplorables, me resigne con Peter el viajar en eso pero con Jacob no. Inhale y exhale, perdí la cuenta de tantas veces que lo hice cuando me encontraba alejada de ellos dos.
Ya ve Heaven, ¿que mas da? todo sea por ir con Jake, era por Jacob o eso pensaba…- dije para convencerme de que si valía la pena ir, me encontré con ellos de nuevo y se me quedaron viendo con cara de pregunta.
-¿Pasa algo Heaven?- pregunto Jake, sabía que iba hacer el primero en preguntar.
– N-no es nada, es solo que tenía que ir al baño un momentico, lo siento-  tratando de que mis palabras sonaran convincentes, por lo menos sabia disimular en algunas ocasiones perfectamente bien, ese era un hobby disimular que todo estaba bien, que no me hacía falta nadie, y hacerme la fuerte cada vez que las ocasiones lo ameritaban. Vivía totalmente ciega no diferenciaba lo que era realmente vivir, disfrutar. Ahora se me estaba haciendo más fácil saberlo y lo que es mejor… sentirlo.
Salimos por fin, nos montamos en el… que mas da, me monte en la parte adelante con Jake, así podía ver mejor a qué lugar me llevaría y cuál sería la sorpresa, cuando me monte y Jake encendió el carro, no me importaba ya si estaba montada en el sí, era una chatarra o si no era lindo, Jake acaparaba toda la visión de mis ojos solo existía el en ese momento, solo él y nadie mas, no tenia cabeza para pensar en nada. El hecho de mirarle, su boca, sus ojos azabaches… me tenían presa a él.  
-¿Y qué hacías antes de venir para acá?- pregunto Jake mi repuesta era un rotundo silencio, ¿Peter no le conto? Al parecer no lo hizo, que alivio.
En el coche hubo un silencio, pues yo me negaba a responder.
-ok, está bien ya veo que eres muy reservada con eso, ¿Estudiabas? ¿Trabajabas?
-Si un poco me gusta la discreción, y sobre eso, estaba estudiando en una escuela que quedaba cerca de donde yo vivía, gracias a eso logre sacar el bachillerato, estaba pensando en buscar una universidad, para terminar lo que empecé.
-Es una buena idea. ¿Ya pensaste en alguna?
-No. Realmente no conozco nada de San Diego.
-Humm… la Central es muy buena. ¿Qué piensas estudiar?
- Aun no sé. Pienso tomar las clases primero y luego veré.- dije.
-Eso lo veremos después ¿te parece? Me conozco casi toda la ciudad.
-Bueno, te lo dejo todo en tus manos, ¡sabelotodo!, dije sonriéndole.
Jake solo tenía su atención en el volante, de vez en cuando que me volteaba a ver, aunque yo solo me quedaba mirando los estupendos edificios que había en esta ciudad, era totalmente maravillosa. La gente se veía armoniosa, sus calles… todo era hermoso.
-Ya casi llegamos-dijo Jake, dio una curva y el carro se estremeció tanto, que se escucho hasta la última tuerquita que tenía.
-¡Ha este carro le falta un mantenimiento!, ¿desde hace cuanto tiempo no le hacen un arreglo?- Dijo con cara de preocupación, ¿será por el carro? el cual estaba en total descomposición, ¿o porque no confiaba totalmente en su manejo? y no llegaremos vivos ni mucho menos cumplir con lo que Peter le dijo.
-Ya estamos aquí.- se bajo del carro al mismo tiempo que yo, apenas lo hice mire aquel paraíso que se encontraba enfrente de mí, mis ojos se pusieron como platos, al ver aquel lugar tan bello. Su entrada era un arco grande, ¡sí! muy grande diría yo, lo adornaban todo tipos de flores, entre ella diferenciaba; orquídeas, girasoles, amapolas blancas, acacias, calas…
Pero las que más resaltaban eran unas hermosas rosas rojas que cubría la copa del arco. Eran grandes y estaban escarchadas por el roció de la noche.
-Humm. Bueno espero que te guste, no es la gran cosa pero… es decente.
-Es perfecto.- lo corte, aun seducida por su detalle.
-¿Perfecto?... me alegra que digas eso, no sabía qué lugares te gustaba, y pensé que este seria ¡perfecto!- dijo Jake mirando el paraíso que se encontraba enfrente de nosotros.
-Es el lugar más hermoso que eh visto en mi vida, gracias de verdad… que sorpresa tan agradable.
-¿Que esperamos? entonces entremos- dijo con voz incitante.
-Ok, como tú digas- sonreí de acuerdo con  él.
Atravesamos el gran arco, yo mirando arriba para ver cada flor. Jacob soltó una risita. Pasamos el camino y atravesamos un pequeño puente de madero con intricados diseños florales.
Cuando salimos del puente y vi con asombro la escena que se desarrollaba ante mí: niños, jóvenes, ancianos… toda clase de personas jugaban, hacían picnics, y no sé qué otra cosa en ese… ¿parque, feria?...
Sus pastos eran exuberantes y de un vivo color verde, bañados en góticas de rocíos.  Mientras Jacob me miraba observarlo todo, sus ojos estaban llenos de satisfacción, al ver que pudo sorprenderme de esa manera.
Desde ese momento cambio mi mundo, lo entendí todo: no quería nada más, estaba Jake. El me hacia feliz, el me hacía sentir cosas que nunca había sentido. Es mi Ángel, mi hermoso Ángel, ya no tenía queja de aquel pasado triste que he tenido, con cada palabra que salía de la boca de Jake eran pedacitos para llenar el hueco de mi pequeño corazón…
-¿A qué quieres subir primero; a las bicis de agua o al bote?- me pregunto Jacob al oído.
-Mientras sea contigo, lo que sea.- sonreí, todavía atontada por este detalle suyo.
El se rio. Me paso el brazo por la cintura. Pero enseguida se la quite, pareció haberse incomodado por mi reacción y, me guio hasta las bicis de agua. Cuando subimos, tuvimos que poner un bloque de mi lado, ya que el muy bestia de Jacob era demasiado pesado para equilibrar el peso entre nosotros dos.
Empezamos a pedalear, nos perdimos poco a poco dejando atrás toda la gente, todo lo que nos perturbaba para poder gozar de nuestras compañías. Éramos él y yo. (Mi Jacob. Solo mío. Me importaba un comino que solo lo conociera de un día; o que él no estuviese de acuerdo. Era mío, y ya nada se podía hacer).
Solo se escuchaba los chapoteos del agua y nuestras risas unidas contractaban perfectamente con el ambiente que se encontraba a nuestro alrededor. Los ojos azabaches de Jacob se toparon con los míos, ardiendo de pasión con un fuego salvaje, repentino. Vi como se empezaba a levantar de su asiento y acaricio mi mejilla con una de sus cálidas manos, sus labios muy próximos a los míos.
No diré que no los deseaba. ¡Diablos, como quería poder probar sus labios! Pero… y si salía lastimada, y si Jacob solo se estaba dejando llevar por el calor del momento, y si…
Tan ocupada estaba divagando que no me di cuenta de que, inconscientemente, me había estado echando para atrás. Y cuando lo supe, era demasiado tarde: había perdido el equilibrio y caí al lago.
-¡Maldición, Jacob!- brame, pataleando en el agua.- ¡Ayúdame…!- el agua entro por mi garganta, quemando mis pulmones.
No supe que paso, pero todo se volvió borroso, y solo escuche el grito preocupado de Jacob…
Y entonces, fue cuando sentí el agua debajo de mí, y unos brazos sosteniéndome en vilo. Eran fuertes… sentí unos músculos muy tensos abrazándome, mi rostro logro enfocar el pecho de Jacob, que se trasparentaba por la camiseta húmeda. Obligue a mi pulmones respirar, esa visión era como una combustión espontanea para mí.
-Esto es vergonzoso.- Dije  jadeando todavía esforzándome en respirar, se me había ido todo el aire. No tenía muy buenos pulmones para estas cosas de “ahogamiento”, nunca me había pasado y no estaba preparada para ello, era muy vergonzoso decir que no sabía nadar, nunca me había tomado la molestia de aprender.
No han sido tus mejores días, al parece los peores de tu vida.- Dijo una voz de mi conciencia, solo quería desaparecer, extinguirme en un instante.
No pude responder nada. ¿Qué le podría decir de todos modos? ¿“Ahora sí, solo porque me tienes en tus brazos”? no podía decir eso. Primero, lo hare sentir muy incomodo; y segundo… lo mas probable es que me haga morir de vergüenza.
-D-disculpa no fue mi intención, s-solo quería…- sus palabras se entrecortaron de repente, cerro sus ojos y los abrió de inmediato. –Era incontrolable no hacerlo- dijo mirándome con aquellos ojos azabaches que me derretían por completo, ¿Cómo aguantar las ganas de besarlo? Los dos queríamos lo mismo pero esta no fue la mejor ocasión.
-¿Cómo salimos de aquí? ¡Aunque claro si quieres nos quedamos aquí! por mí no hay problema alguno.- tal vez lo dije para suavizar la situación pero no fui muy buena con eso, Jacob puso los ojos en blanco. Salimos de ahí, empapados hasta el tope, lo que me tranquilizaba un poco, es que no había ningún rastro de gente burlona a nuestro alrededor. Nos habíamos alejado mucho de ellos.
 Jacob desde que salimos del lago no me dirigió ni una palabra, no se tomaba la molestia de mirarme. Aceptaba que él no lo hiciera por lo estúpida que fui, pero aun así no me gustaba su silencio, y tampoco su indiferencia, era una agonía que Jacob no lo hiciera.
-Creo que ya es hora de irnos a casa, Peter nos espera- dijo con voz muy seria.
¡Maldición! desde que llegaste todo ha sido un desastre, no fue la mejor idea venirte a este lugar,- dije en mis pensamientos, ¿sería mejor volver al convento? Después de todo lo estaba empezando a tomar en cuenta.
No quería hablar de nada, y Jacob mucho menos, nos montamos en el “carro” en rumbo hacia la casa de Peter. No era muy buena señal todo el silencio, lo único que se escuchaba era el estruendo del motor, solo quería escuchar que Jacob me hablara aunque sea que me digiera lo mal que fue este día, pero siquiera eso hacía.
 Esta muy bien ya no le tomare mucha importancia a eso, que no lo hiciera era mucho mejor para mí. ¿Me mentí a mi misma? Tal vez era lo mejor que podía hacer.
Entramos a la casa, pero no se escuchaba ruido alguno… era como si nadie se encontraba, Jacob busco en el cuarto de Peter en la cocina, pero él no se encontraba. Mientras que Jacob tardaba en regresar, sobre la mesa había un papel blanco, lo tome pero no para leerlo, le eche una mirada a Jacob y se lo entregue.
Luego él empezó a leerlo en voz alta.
Lo siento  tuve que salir hacer unas cosas pendientes del trabajo, No hay comida así que encima de la nevera les deje dinero para que compren algo de comer.
Ah se me olvidaba no me esperen es mucho trabajo el que tengo pendiente.
Peter.
-¿cosas de trabajo? ¡Si cómo no!- dijo Jacob después de haber leído la carta.
Era un alivio para mí que Peter no estuviera, no tendríamos que dar explicaciones de porque razón estábamos mojados. Así no tendría que recordar ese momento, y sentir más vergüenza de la que ya tenía con Jacob y ahora con Peter.
Rodé los ojos, Jacob parecía a punto de decir algo, pero ya no quería a pesar de que eso es lo que deseaba desde que salimos del lago. Gire sobre mis talones y me fui a mi habitación a paso rápido.
Lo primero que me disponía hacer era quitarme la ropa y darme una ducha lo más pronto posible, esa agua no se veía tan limpia. Me metí al baño, me duche un largo tiempo era mi mayor tranquilidad, para despejar la mente y también relajarme un poco. Me vestí con una falda vaquera, camisa strapless y mis ballerinas.
Había decidido tomar la propuesta de Peter de ir a comprar algo, pero lo que no sabía era si Jacob querría acompañarme.
-Humm, Jacob- dije cuando entre a la cocina; el ya estaba vestido y bañado.- ¿vienes conmigo a comprar la cena? Si no quieres, está bien.- me apresure a añadir.
-En realidad, yo iba a preguntarte lo mismo.- dijo.
Asentí. Cuando iba a salir, Jacob me tomo del brazo. Antes de que pudiera tocar la puerta.
-¿Qué…?- comencé a decir, pero calle al ver su rostro tan cerca del mío.
Se iba aproximando cada centímetro más y más, y yo estaba que le gritaba que me besara de una vez. Lo miraba a los ojos deslumbrada, totalmente hipnotizada. Ya sabía que era un hecho de que lo iba a besar, que este si… seria el momento. Jacob alzo la mano y acaricio mi mejilla, parecía que dudaba al hacerlo; podía sentir el pequeño y casi insignificante temblor en sus manos. Yo tenía temor, pero no sabía a que en realidad, ¿el porqué?
Cuando sus labios rozaron ligeramente los míos, trate de ponerme de puntillas para poder alcanzarlos con mas facilidad, pero mi pie se enredo con algo, y lo siguiente que supe fue que Jacob fue golpeado en la cabeza por una lámpara.
Mire asía abajo y vi mi pie enganchado al conector de la dichosa lámpara plegable.
¡Demonios; ¿Por qué a mí?! ¿Por qué me odias… dios?
-¡Lo siento, lo siento!- me disculpe, mientras desasía el enredo de cables en mi tobillo.
-Estoy bien.- dijo él, sobándose la cabeza; de verdad le había dolido.
-No te hagas el valiente.- el puso los ojos en blanco por mis palabras.- Deberíamos ir a un hospital para que te vean.
-Estoy bien… solo estoy bien no te preocupes por mi- repitió.
-Como no preocuparme Jacob.
Suspire.
-Mejor vamos a comprar las cosas antes de que termine matándote por accidente.- dije, enojada conmigo misma.
¿Cuándo me había convertido en un imán para los accidentes?
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hey! hola como estan? como les va? bueno, aki esta el tercer capi, espero que les guste!!! por que eso me hiso quedar con las ganas de besar a Jacob Black!!!
el cual hace que mi corazon se desboque!
bueno, aki les dejo una tareita: ¿quien creen que es el misterioso pianista? ¿cuando besare a Jacob? ¿que me depara el siguiente capi? ¿alguna ves dejara de caerme mal el Sr. Peter, alias "Barriga de Bambalina"?
jajaja.
muchos besos. cuidense!
y muchos agradecimientos a Angel O´Shea por ayudarme con mi alocada mente. y a Yess Evenson por ser la mas fiel Loba.! no me queda nada mas que decir.
¡Nos leemos en otra!

sábado, 6 de noviembre de 2010

EL LIBRO DE LOS AMORES RIDICULOS



Capitulo #2: Cambios en mi Vida
Después de un largo viaje, aproximadamente 8 horas más o menos en realidad no me pude percatar de la ruta y los lugares de la ciudad, el sueño me había ganado; No había en esa chatarra algo que me pudiera distraer, de solo verlo manejar me daba mucha flojera.
Cuando abrí los ojos me dispuse a observar lo mas mínimo a mi alrededor, eran  casas a los dos lados de la calle, hacían una formación vertical algunos tenían incorporado como vecinos una que otras bodegas, kiosco y restaurant había de todo un poco para comprar todo lo necesario.
 Cuando de repente mis oídos captaron un alterado ruido no era muy lejos la distancia, se oían gritos que decía: págame, págame o quieres que valla a la policía de inmediato vil ladrón.
No podía ver de dónde provenía ese escándalo, pero se escucho cuando una voz de un chico decía con voz avergonzada, al parecer le estaba aclarando a ese señor que estaba eufórico y por los gritos muy molesto.
 Y luego le dijo con una voz tan sublime tan angelical:
-discúlpeme señor no es mi intención, lo lamento es que se me olvido por accidente la billetera yo trabajo y vivo a unas cuadras de aquí, yo podría ir por su dinero de inmediato para evitar problemas-.
-quiero mi dinero ya o llamare a la policía- dijo muy agresivamente el señor que estaba junto a él, La garganta estaba que le estallaba de lo molesto que se le oía.
-¿Jacob?- jadeo el Sr Peter.
-¡Jacob!- dije con confusión después de escuchar al Sr Peter. Me pregunte en mis adentros, ¿Quién es ese Jacob? Estaba dispuesta a pedirle que me aclarara esa pequeña duda, cuando de repente acelero con rumbo, al lugar de donde provenían los escándalos.
Peter decidió rápidamente parquear el auto en una esquina de la cera, a lo lejos logre ver un chico pero no lograba verlo con claridad, podre lograr verlo a él y a una sombra era el señor reclamándole con atosigamiento y con un teléfono en la mano, preparado para llamar a la policía-
El Sr Peter se bajo rápidamente del carro, sin importarle las llaves que había dejado en la chatarra encendido, tenía la confianza en mí para hacer ese descuido, fácilmente podría escaparme con él y perderme, al fin y al cabo ya era mayor de edad.
Me puse a pensar era muy joven para terminar en la cárcel y si fuera de esa manera, sería algo que valiera la pena estar allí.
Pero no lo hice al instante que él se bajo le pregunte
- ¿me piensas dejar aquí o qué?.
-sal del auto, y ven conmigo- contesto. Tan rápidamente Salí de él y le seguí las pisadas.
 Nos dirigimos muy discretamente hacia el lugar, yo a lo mas atrás que podía para disimular un poco mi presencia, no sabría si funcionaria tal vez, en esta ciudad solo era una desconocida…
 Estábamos cerca del lugar donde provenía la discusión, ahí se encontraba un señor al parecer era el del terrible escándalo en frente de él se encontraba un chico era de suponerse que era el tal ¡Jacob! Todavía no se habían percatado de nuestra presencia.
Nos paramos casi un poco mas atrás entre la línea que los dividía, apenas estuvimos ahí lo primero que hice fue dejar de ver todo a mi alrededor y cambiar mi mirada al rustico suelo, encogerme de hombros, cuando Peter se clavo como estatua parecía muy serio con las piernas entre abiertas, exhalo y inhalo.
-¿Jacob que ha pasado, que escándalo es este?- dijo con voz muy molesta y turbando su dentadura.
-el problema es que, vine a cenar a este lugar ya que tú te habías ido no se a donde, y por accidente deje la billetera, sabes que no soy muy bueno con eso de la cocina ¡ya sabes!- rio entre dientes, yo solamente estaba observando el suelo y pateando de un lado a otro con la punta de mi pie derecho no ruidosamente, una pequeña piedrita que se encontraba en el suelo.
-Humm. Si ya lo sabía no tenias que recordármelo, la primera vez que la pobre tuve que ir al médico.- dijo entre risitas. Hice una pausa y pensé: ¿qué es esto? se supone que estamos aquí por un problema y ahora ¿el problema es de indigestión? ¿Será que toda la gente de aquí vive en el limbo? ¿En qué lugar llegue a parar?
-risita y todo pero el punto aquí es que ese muchacho me debe el menú exprés, por lo tanto seria $58, 90. Y eso sin contar el 10% de la mesera- Gruño el calvito que se encontraba justo en frente de Jacob
-¡por dios Jacob! Tienes el estomago de un dragón, ya que tu billetera se quedo yo pagare y así nos evitamos mas problemas, ¿te parece?
-Discúlpame. Peter, no quiero causarle ningún problema, y por el dinero no se preocupe me hare cargo de ello con mi quincena.
-Eso a mí no me importa, sabes que te considero como un hijo para mí, te vi crecer prácticamente y mi deber es velar por tu bienestar… o tú estomago- rio.
-jajaja, muy chistosito viejo- dijo con ironía.
-Vamos, mi Money no tengo todo el bendito día- dijo con un tono de voz impaciente.
El Sr. Peter metió la mano en el bolsillo derecho de la parte de atrás, donde se encontraba una billetera la saco lentamente parecía estar atascada, la abrió y saco parte del dinero y empezó a contarlos rápidamente, hasta llegar a su cantidad exacta.  Dio unos pasos cortos y se lo entrego en las manos de aquel señor.
-gracias, muy amable de su parte- dijo muy cortante el calvito.
-No hay de que- respondió el Sr. Peter con sarcasmo, al captar la entonación de su voz.
-Bueno aquí no tengo más nada que hacer, tengo que atender a mis clientes. Si  se les ofrece algo aquí está el Exprés a su orden- se dirigió rápidamente a su pequeño restauran. Claro ya obtuvo lo que quería.
-¿En dónde estabas? Te fuiste sin previo aviso, me agarro de sorpresa el ver que te habías ido.
-la verdad yo ni tuve tiempo de nada fue algo sin previo aviso, lo lamento tuve que…
-¿Sera que nos podemos ir?- Dije molesta pateando con brusquedad la piedrita que tanto me entretenía, mientras escuchaba todas esas estupideces. Me quite detrás de las espaldas de Peter hasta quedar a la vista
Cuando de repente alce la mirada lentamente. Me encontré con la mirada de Jacob en mí, me miraba de pies a cabeza pero esta vez era diferente porque él no lo hacía con compasión con lastima como la gente lo solía hacer. Esta vez lo hacía con una dulzura inexplicable en sus ojos color chocolates. De repente me vino un cosquilleo en todo el cuerpo era de dicha de alegría, de saber que en este mundo alguien me miraba como si hubiera bajado del cielo  mismo. Ternura cariño y un poco de todo es lo que llenaba sus pupilas.
-¡Jacob!- exclamo Peter al ver la cara tan pálida e inesperada que se formo  en su rostro  sutil y únicamente hermoso.
-Es que… -Dijo Jacob sin haber terminado de completar aquella frase que salía de sus labios.
Tal vez era admiración o algo mas me sentía diferente mirándolo a los ojos, sentía vida que en este mundo en un espacio muy pequeño había un lugar para mi, solo me perdía en contemplar cada línea de sus labios carnosos y rosados, su pelo era negro totalmente liso. Y esa piel ni muy clara ni muy oscura una combinación perfecta. Solo quería rebosarme en su lecho, en todo aquello que era parte de él.
-¡Ah! Por poco se me olvidaba te presento a Heaven ella es la razón por el cual tuve que partir, pero tan solo fue por muy poco tiempo, queda tiempo de sobra para aclararte las cosas
Cuando Jacob dio unos pasitos hasta llegar a mí, estaba en el acto de hacerlo, me puse nerviosa tal vez hasta roja mis manos se congelaron. Llego hasta a mí y con el pulso muy inquieto y las manos temblorosas
-HOLA. Que tal, mi nombre es Jacob.- Sus palabras se agitaban y su voz era muy temblante. De la misma manera estire la mano un poco para no dejarle la mano estirada
-AH hola- dije con voz un poco tímida, me sentía un poco fuera de sí al sentir el roce de su mano y estrecharla junto a la mía, eran ondas que se producía por todo mi cuerpo todo el calor me invadió por completo. Hasta al punto de no separarme de ella.
Pero tome un poco de valor y logre zafarme, de esas manos que eran un toque celestial para las mías era algo magnético querer estar junto al sentirlo, acariciarlo era algo mágico una experiencia nueva jamás conocida
-bueno chicos es hora de irnos, ya es muy tarde y estar sentado manejando por horas no es algo muy cómodo que digamos-. Dijo Peter interrumpiendo mis pensamientos.
¿Nos vamos chicos? como son las cosas en realidad ¿será que  Jacob vive con Peter?  Quizás, eran muchas preguntas y ningunas respuestas, esa inquietud de saber cómo era me llevaba a la impaciencia, al pecado de mí delirio.
-Bueno ya serian muchos favores ¿no crees viejo? -. Dijo Jacob con una resplandeciente sonrisa en sus labios
-¡VIEJO! - bufo el Sr. Peter -Todavía no me he acostumbrado a ese apodo. He, bueno ya es hora de irse ya es muy tarde
Nos dirigimos hacia la chatarra… digo hacia el auto, yo por supuesto me espere hasta que Jacob y Peter tomaran la iniciativa del frente, y yo por la parte de atrás, era de esas personas de pocas palabras no muy amigable.
Llegamos hacia el auto, Peter no pensó y se monto inmediatamente se le notaba el cansancio, bueno yo no estaba tan cansada; me había  dormido un tiempo en el auto
Yo me quede un segundo pensando de qué lado prefería sentarse  Jacob. Pero solo no lo tuve que pensar cuando estaba en ello, escuche un siseo quedito de llamada era Jacob me lanzo una mirada de aviso y me abrió la puerta para que yo entrara, tal vez no fui tan gentil el decir un simple “Gracias” fue suficiente al responderle con la mirada.
Estábamos listos para ir a donde iba hacer mi hogar, donde empezaba un comienzo de muchas posibilidades. Los tres en el auto nos encontrábamos totalmente silenciosos sin nada que decir, solo sumergidos en nuestros pensamientos, pensaba una que cuantas cosas ¿Qué iba hacer? ¿Qué era esa atracción que sentía por Jacob? Que frustración la mía. Peter en pensamientos solo se imaginaba una cama y una almohada al parecer, Jacob me era tan difícil entenderlo.
Estaba mirando por la ventana. El problema es que no veía mucho estaba empezando a llover, cada gota de lluvia era un pequeño pedacito de lo que antes vivía ya que era muy frecuente la lluvia en el orfanato, el clima seguía siendo el mismo.
Estaba empezando a sentir que alguien me observaba no con discreción, era de suponerse que ese observante tenía como nombre “Jacob”. Un pequeño instinto me decía que volteara, pero no quería mirarlo y perderme en sus bellos ojos. Sentir que vuelo en el aire, temía que todo se enredara, las ganas de abrasarlo fuertemente no sé porque razón pero algo de  él me fascinaba, me encantaba y no podía dejar de pensar en ello.
No le hice caso a mi instinto. Y seguí viendo como caían las gotas de lluvia, repose mi cabeza en la ventana, mi ojos se sentían pesados sin ninguna fuerza de seguir abiertos, al parecer las horas que dormí en el auto no fueron suficientes.
Sentí un pequeño freno, el cual hizo que me despertara, le agradezco a ese freno por despertarme, antes de que lo haya hecho uno de los dos, abrí los ojos rápidamente me pase la mano delicadamente por el borde de mis ojos, para percatarme de que no haya ningún sucio en ellos.
Mientras que Jacob seguía con su inquietante observación ¿me observaría todo el tiempo que dormí? No le importaba el disimular para nada que yo le atraía, solo un bebe no se daría cuenta.
Peter arrincono el carro en una cera que se encontraba despegada, no había ningún tipo de carro, ya habíamos llegado a nuestro destino.
-al fin llegamos muchachos-. Dijo Peter con cansancio y dando un suspiro de alivio.
Nos bajamos al mismo tiempo, yo esperando que actuaran o algo no sabía dónde iba a vivir, estaba en otro planeta...
-Vamos-. Dijo Peter casi sin voz
Jacob me lanzo una mirada de suspicacia, observaba cada casa que se encontraba en ese lugar, le seguí los pasos a Peter y Jacob evitando no perderme ya que estábamos pasando por un callejón, era de noche y no se podía ver nada.
-ya estamos a punto de llegar-. Dijo Peter
No dirija ninguna palabra a lo que dijo, de repente habían muchas luces de colores guindadas en un cable de poste en poste, por las ceras de la calle que se encontraban. Vi un negocio adornados en forma china, al lado de ello se hospedaba una casa no muy grande pero si muy acogedora para tres o mas personas.
Tenía la sospecha de que podía ser esa, se dirigieron hacia ella y al parecer tenía razón; esa era la casa…
Llegamos a la puerta, Peter saco un manojo de llaves que se confundían para adivinar la llave exacta que habría aquella puerta. Probaba llave  por llave, nos empezábamos a impacientar, fruto de la impaciencia empecé a golpear con la punta de mi pie el piso, muy agitantemente…
Jacob capto mi desesperación y lanzo un suspiro, mientras que Peter seguía intentado abrir la famosa puerta.
-¡Viejo! Deja que lo haga yo, no tenemos toda la noche, ¿No crees?
-Okey está bien, tú ganas- Dijo Peter vencido
Le extendió la mano y al fin de cuentas se la dio, Jacob empezó a probar una el cual no era, probo la segunda menos era, ya estaba resignada a dormir en la calle esta noche.
-La tercera es la vencida- le dijo a Peter, muy seguro de si mismo.
-Perfecto-. Di un soplo ligero a duras penas, cuando escuche giros involucrados para abrir la puerta.  Dio un último giro, abrió y se escucho un chillido metálico, la puerta no se encontraba en muy buenas condiciones.
-Viste viejo, te lo dije- dijo con una sonrisa en su rostro. Era como ver la primavera,  ver salir el resplandeciente sol de la mañana, al parecer también quiso dirigirse a mí, solo que yo trataba lo mas que podía al no acercármele mucho, quería alejar el descontrol y el interés hacia él.
 -¡Bueno! Ya entremos hay que descansar, este día fue muy agotador.
Jacob abrió un poco más la puerta, el primero que entro fue Peter, se encontraba muy cansado y la barriga era un motivo de más, me dirigí a entrar a conocer la dichosa casa en el cual viviría. Entre a la sala principal y vi con ojos como platos la escena que se reflejaba ante mi…

EL LIBRO DE LOS AMORES RIDICULOS





Capitulo #1: Mis Decepciones
Todo era para mí algo extraño  como si nunca terminara de encajar en este mundo, tal vez era mi eterno silencio mi sufrible destino de estar siempre sola, ya que esa era la realidad sencillamente no lograba entender el hecho, el porqué no tener un padre o madre el porqué dejarme sola con la angelical  ingenuidad  que apenas tenía, de crear mis sueños mis propias ilusiones  de compartir mis alegrías como mis tristezas.
 Decir que los amo y que  ellos lo hagan de la misma manera que yo, el poder caminar con la frente en alto y agarrada a cada una de las manos de ellos, sentir que con cada pisada imaginarme que volaba por los cielos, pero todo es diferente desde que tengo huso de razón, eh estado encadenada a ese convento de monjas  el cual he sentido desde siempre que no me pertenecía, siempre me terminaba de resignar a ello y que mas me quedaba.
 Para mi todos en este lugar siempre han sido como manchas invisibles que están ahí pero no los logro ver, algunos me miran con desprecio como si fuera una cosa extraña el cual habría que deshacerse, con lastima y piedad; solamente me daba lo mismo.
 De vez en cuanto salíamos a un parque que quedaba cerca del convento, lo único que hacía era sentarme en un columpio a mecerme y mecerme nadie se me solía acercar a mí no sabían  cuál sería mi reacción y tampoco me gustaba que lo intentaran, mientras me mecía,  frecuentemente estaba  una pequeña familia con padres e hijos, en ellos se sentía ese gozo de dulzura y felicidad solo de verlos me daba sensaciones escalofriantes.
 Mi pregunta era ¿Qué hubiera sido de mí si hubiera existido esa posibilidad, de tener esa dicha? La cual no he podido responderme a mí misma, esa pregunta tal vez ¿sería mas de lo normal? no se lo cierto era que no  lo sentía y nunca lo sentiré según todas las madres del convento, la historia de mi insolente vida era que mis padres me habían dejado y no había muchos rastros de ellos, tenían las sospechas o estaban seguras de que ellos ya habían muerto…
 Justamente ayer acaba de cumplir  mi mayoría de edad “mis 18” para salir del convento no sentí alegría por salir de ahí que me esperaba allá lejos del convento nunca me acostumbre a él pero  en ese lugar había pasado toda mi vida. Porque ha de latir mi corazón
Hoy un día después de cumplir esa edad, sabía lo que me esperaba  ya era la hora de independizarme vivir sola, no sé porqué  he decir en mis adentros ¡¡¡vivir sola!!! Si prácticamente mi vida ha sido eso mi compañera y fiel amiga llamada SOLEDAD...
Y había empezado a guardar mis pocas cosas en la maleta vieja y pequeña de hace mucho tiempo. Sin previo aviso lo hice por mi misma ya sabía que me tenía que ir.
 Mientras iba metiendo la ultima prenda de ropa, me percate de ella y vi como hilos desgastados guindaban de sus bordes,  ya estaba muy vieja la mayoría de mi ropa era donada por una familia que disponía de muy buen dinero decidía hacer esos pequeños regalos, yo mas bien diría restantes de su fortuna se llenan de satisfacción de pensar que algunas veces la gente lo ve como un dios.
 Con un hilo de voz más bajo de lo común evitando que la madre superiora dije: ¡vaya! tengo que ver cómo comprarme algo de ropa, estas están perfectas para hacer el video de Michael Jackson (thriller), dije: con media sonrisa en mi rostro,  puede ser que estoy  exagerando  un poco con lo de la ropa; Pero la verdad es que se ve fatal.
Desde aquella puerta donde la madre superiora me esperaba, se escucho un carro pero por el ruido daba a describir una chatarra a punto de colapsar, hoy unos pasos acercándose hacia la puerta cuando de repente escucho fuertemente un grito llamaba con impaciencia: Heaven, Heaven volvió a decir, con la misma manera le respondí a su llamado: ya voy madre superiora, mientras caminaba por los pasillos hacia pausas muy pequeñas para ver los rincones de la casa antes de llegar a la puerta.
Al ver que ya llegaba a la puerta me detuve ya esta vez por completo antes de poner los pies en la cual he vivido deje lentamente la maleta un poco mas afuera de la puerta, me voltee para poder detallar mejor todo los rincones, el techo que se estaba desgastando mas cada día, la pared estaba húmeda debido a la tubería que pasaba justo por ahí hasta llegar a los baños aquella pintura que ya se extinguía pasando del color verde desde hace 8 años a negro.
 Entonces dije para mi ¡Wow! La verdad nunca me había percatado de todo esos desagradables detalles vivía definitivamente en la luna,  al lado de un carro chatarra diría yo como lo había intuido cerca de los retrovisores se arregostaba un señor tenía como aparentemente 40 y tantos años tenía la barba sin afeitar, aunque su ropa lucia bien aun mas que la mía se le la desagradable barrigota que tenia, los botones de la camisa estaban que pedían ayuda y salían corriendo debido a lo apretada que le quedaba… 
-¿así que esta es la muchacha?   Pregunto el señor que se encontraba cerca de esa chatarra, levanto una ceja después  de haberme observado lentamente de pies a cabeza sínicamente en su cara se notaba la expresión de una persona, que me veía como un estorbo como alguien no eficiente como si acabara de escoger una fruta podrida habiendo tantas buenas.
-si yo soy la muchacha- Conteste, con una voz ahogadora debido a todas las cosas que sentía solo al ver su cara, decirle que no me importaba para nada pedir limosna en la calle con tal de obtener dinero para pagarle una operación para no seguir viendo esa horripilante cosa que tenía en su barriga.
 Dentro de mi garganta se atasco un grito de rabia  la madre superiora noto mi chillido, aunque a él no le parecía importarle para nada. No me pude contener mas y quería liberar mi ahogamiento moví la boca suavemente al abrirla cuando.
-hija mía se paciente no me des problemas con el  Sr. Peter Morse, mira que él  te va a tender la mano y es el que te va a alojar donde vivir y aun mas te ofrecerá trabajo en su restaurant- por mi mente paso una ráfaga de un pensamiento, yo ya sabía que esa barriga no había sido obra y gracia del espíritu santo, si claro sería mejor estar debajo de un puente dije en mis pensamientos.
-gracias madre superiora por la gran ayuda- lo dije con un tono irónico, pensando en cómo será mi tormento teniéndolo que ver todos los días, una guerra creo que muy difícil de evitar.
-no se preocupe madre intentaré todo lo posible para que no se sienta tan mal- intervino el Sr. Peter Morse, para que no se sienta tan mal diría yo es mas todo lo contrario para que no se sienta también.
-Heaven sabes que has estado en este convento toda tu vida… te veo casi como una hija y quiero lo mejor para ti aunque no lo veas de esa manera, solo te tienes que dar de cuenta que ya las cosas cambiaron ya tienes la edad suficiente para mantenerte tu misma, no pensaras quedarte el resto de tu vida en este convento, viendo como el mundo que te espera pasa en frente de tus ojos y sea muy tarde-
Sentí una sensación extraña al escuchar a la madre superiora decir que me eh visto como una hija y que quería lo mejor para mí, me esperaba una  vida. Una puntada hizo mi corazón retorcer.
-gracias madre por todo, y discúlpeme todo lo malo tal vez en toda esta locura encuentro mi razón- después de que salieron esas inesperadas palabras de mi boca una sonrisa de cada lado de mi mejilla se noto dulce, arrepentida.
-cuanto mas espero ya nos tenemos que ir-dijo el Sr. Peter  Morse, con una voz agitante y afligida.
-un momento Peter, estaré en contacto contigo. Es mejor que ya te vayas ya se está impacientando y no tiene muy  buen carácter-
-como si no se le notara- dije entre dientes, Bueno ya me tengo que ir- adiós.
-espero que no hagas nada imprudente, y no se te vaya a olvidar visitarme- me dijo con un tono de consolación.
-está bien, Si es que no me mata antes.- Rezongue
-hija mía dices unas cosas- con voz de resignación
 -todavía estoy esperando- interrumpió de nuevo Peter
-¡demonios!- Dije al mismo tiempo que recogía la pequeña maleta.
Me acerque a la chatarra que tiene como carro y le dije:
-¿y ese carro último modelo de donde lo sacaste? de una agencia de New York-
-no, de una agencia de San Diego, de hecho. –siseo.         
Lance la maleta a la parte trasera del maletero, luego lo serré fuertemente tratando de que al carro se le desplomara algo, pero al parecer esa chatarra como la llamo tenía un poco mas de dureza de lo que yo pensaba.
-ya móntate de una vez- gruño.
-evítate darme ordenes- le grite discretamente.
La madre superiora a lo lejos observaba, todo lo que ocurría entre el barrigón y yo, al parecer le parecía chistoso, a lo contrario de mi pensar. Me subí al modelaso, que mas tocaba.
Intente solo de no tratar de mirarlo, simplemente ver el camino, cuando arranco se sintió una vibración incomoda, que mas era de esperarse, me limite al ver al frente con la única intención de saber cuál era el rumbo que me aguardaba.
Me di de cuenta que todo no era tan malo al final podía tener toda la razón la madre superiora, algo me esperaba y ya era la hora de darme cuenta de ello, será mas de lo mismo o tal vez algo mucho mas de lo que eh vivido. No sabía exactamente que me aguardaba pero lo que si tenía que tomar en cuenta que le tenía que dar un chance a la vida…
++***__________________________________***++
hooolaaa!!! chicos aki les dejo el primer capi. no habia podido subirlo por falta de tiempo libre. aki les dejo un poco de mi imaginacion.... si es ke la tengo jejjee.
ah, y mis mil agradecimiento a Angel O´Shea por empujarle al mundo de los Fic´s. pero se lo agradesco demasiado porque aki puedo grabar mis sentmientos y otras loqueras de mi autoria. el mundo de los FanFic´s es estraordimariamente fascinante!!!!!! no me queda mas que decir ¡VIVAN LOS FANFIC´S!
muchas gracias.! con esto me despido..!
los kiiero ¡un beso!

martes, 12 de octubre de 2010

Prefacio.

Era uno de esos días en los cuales solía salir el sol, como un rayo de luz en mi cara algo resplandeciente totalmente hermoso, todo para mí  era solo una simple rutina levantarme asear el cuarto donde dormía unas que cuantas cosas pendiente. Para el  final del día disfrutar la noche con la resplandeciente luz de la luna reflejado  en un pequeño espacio de mi ventana, cerrar los ojos y sumirme en un letargo sueño el cual no despertar; al menos que algo se estuviera preparando para mi, algo interesante, pero lo mas triste es que nunca llegaba a mí, hasta que un día todo cambio mi destino se verá implicado en elegir y darle existencia a mi vida…

sábado, 9 de octubre de 2010

Informacion de ultima hora.

Hola!
bueno, espero que les aya gustado los ultimos dos escritos que publique. soy nueva en esto pero espero poder llegarles al Corazon.
un saludo especial a mi seguidora #1; Yess Evenson Masen y a todos los que me lean.
Tengo una importante noticia: eestoy elaborando una historia en la que soy prota conjunto con los chavos de Twilight. Va a ser un poco diferente a lo que conocen, mi pequeña historia se titulara: El Libro de Los Amores Ridiculos.
en ella encontraran: amor, desilucion, promesas, desiciones, amistad y tambien algo de LOCURA.
Un saludo a tod@s, nos leeremos cuando publique el Prefacio de la historia.
¡Goodbye!

viernes, 8 de octubre de 2010

Me caí y de la misma forma me levantare. y el lema de ello será un “YA BASTA”


Son encantos como desencantos, son corazones que laten a un mismo ritmo lento y al mismo tiempo rápido, como hilos de una cuerda floja que se proyectan de acuerdo al presente y el pasado el cual se tiende a reventar en el punto más débil. Son ilusiones que no logras tenerlas, es como una ola arrastrando la arena a su paso a lo profundo del mar, se despiertan furores dentro de mi cosas no jamás deseadas pero nadie te oye, nadie te entiende; tal vez el lema perfecto seria un glorioso “ya basta”. ¿Ya basta de qué? De experimentar cosas como tomarse una limonada dulce, probarla y saborearla y al final de cada trago de ese vaso sientes lo amargo a pesar de que lo endulzaste y trataste de hacerlo. Una marca, acida que te da en toda la garganta clavarte puñales en el corazón muy hondos, para así poder sacarte esas pequeñas astillas en tu pecho, son como gusanos que te consumen poco a poco y te van dejando absolutamente seca, sin nada en tu interior y solo te conviertes en un alma sin cuerpo en algo totalmente vacía. Lentamente las horas se hacen interminables algo que se encuentra mal en ti, esa que te duele y la única manera de desahogarte es buscando un poco de alivio, por tus noches te envuelve en una manta que te cubre de pies a cabeza son reflejos de tristeza, te aferras a ella dolorosamente con intensidad abrazas a tu almohada apretándola contra tu pecho fuertemente tu único refugio, esa que sabe tus inquietantes secretos será  incondicionalmente fiel a ti. Sientes que se te va el aire como si alguien te lo atuviera arrancando de ti, ese dolor se manifiesta en esas pequeñas gotas saladas esas que derramas  por tus ojos, que traen consigo dolor, todo aquello que creíste tener y que creíste que era se llevan cada suspiro de ti. Es como si un maestro te preguntara algo el cual tu no sepas y trates de buscar rápidamente la respuesta, y los nervios que te siegan la mente evitándote pensar claramente el cual tal vez sepas, de la misma manera el cual busco  y seguiré buscando esa respuesta de mi vida, quien soy y a donde voy experiencias eh tenido no muchas pero lo suficiente, el mundo da muchas vueltas y de tantas caídas pueda levantarme sin el temor de nada, tener la frente bien en alto y con la desembocadura de mi boca tomar una gran bocanada de aire dar el suspiro mas grande, ese que me alimente que llene cada espacio de mi vacio hasta el punto de gritar con toda la locura ese: “YA BASTA” ya sabré a donde voy y también se porque. No derrotarme por cosas como desengaños amores no correspondidos, esa muerte aquella persona que me enfrió desde hace tiempo congelo mis esperanzas, que ese calor me invada y me cubra con todo su regazo que me haga soñar disfrutar esa aquella adrenalina las ganas de vivir. Sabré que todo no es color de rosas pero yo tengo el control de mi vida,  hoy estoy abajo pero tu estas arriba quien sabe, cambiar lagrimas por alegría, decidir ponerle alas a mi espalda y decir  “BASTA” la vida es una sola, ríe por tus penas y goza de ellas…

domingo, 3 de octubre de 2010

Sentimientos Encontrados.

Saber cómo devolver el tiempo atrás, saber que de una vez por todas aprender  a dar como también recibir. Un puñado dentro de mi pecho agoniza constantemente me aprieta contra él me desmorona, me desgarra lentamente con crueldad, haciendo que el sangrado del puñal se convierta en lagrimas constantes que resbala por mis mejillas.  De una manera horrible y lo más doloroso es que no encuentro salida y la forma para poder salir de esto, ver como se desvanece en el aire como hojas caídas y secas que se lleva el viento, la dicha y plenitud  de ese terrible dolor; de esa oscuridad que me invade lentamente, poco a poco se está llevando mis ilusiones mis esperanzas mi sueño mi felicidad. Ya no recuerdo dicha alguna que llegue a sentir antes ese mundo donde era yo, donde dentro de lo imperfecto había un perfecto. Ese donde reía por mis tristezas, ese del cual me caía y de una u otra forma sabia levantarme y ahora todo se ah tornado de oscuridad inminente, soledad pura, un abismo que caigo y caigo y no tiene fondo. Sentimientos dolorosos llenos ya de un recuerdo imposible difícil de volver a repetir aquellas ocasiones maravillosas que se van de mí que se mueren frente a mis ojos. no los puedo ver captar hay mucha oscuridad, el hecho de ser como antes de sentir lo que sentía y tan solo con abrir y cerrar los ojos salir de esta pesadilla que no puedo entender cómo y cuando mi mundo se volvió pesadilla, pocos ni muchos son los que entienden todo este significado… pienso en el pasado, en un ayer, pero tal vez simplemente no quiera aceptar un futuro sin todas esas pequeñas cosas de mí, esas que me daban aliento la existencia a mi vida ¿Por qué’ para qué? Mi corazón latía, la película de mi pequeña vida… cuando somos niños unos ángeles alejado de la envidia del dolor, todo aquello que nos derriba, solo estamos pensando en todo y aquello que nos falta por hacer; jugar a ser una persona en un paraíso en un cielo, llega el momento de crecer de experimentar cosas aquellas que quieres vivir a lo loco. Cometemos errores nos arriesgamos a todo lo que pueda ser diferente nuevo para ti y tu vida, damos el todo por el todo por algunas cosas que no vale ni la pena. Empezamos a sentir, disfrutar, recordar y olvidar todo eso que te hace ser tu… sencillamente únicos en esta vida siempre esperamos un te quiero, un abrazo, un te necesito, pero lo que nunca nos sentamos a esperar son palabras como: no te quiero, olvídame se feliz con tu vida que yo lo seré con la mía, no soy tu soy yo. Son aquellas palabras que sencillamente nunca queremos esperar de nadie, como algunos dicen todas las cosas buenas se hacen esperar y que te quedas esperando todo lo bueno, un rayito del cielo recuerden si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma. ¿A quién esperamos? Esa es la preguntan que me hago yo y que les hago a ustedes. Esperaba o esperas aquella persona con el cual te complementes aquella mitad, alguien que te entienda como de la misma manera te sepa escuchar, alguien con el cual rías, cual llores cuando sientas que ese mundo se te valla abajo,  ese hombro donde apoyarte cuando lo necesites aquel que le des las armas para lastimarte y esperar que no lo haga. El que te enamora con solo su mirada su simple sencillez, encantos como desencantos. En fin alguien con quien soñar en tus noches frías y oscuras… que pasa cuando esa persona que esperas con tantas ansias lo esperabas lo tienes, y por fin  tan cerquita de ti y no te hace falta mas nada… ese es tu paraíso personal tuyo y nada más que tuyo, el primer beso la primera caricia, el te quiero y el mas anhelado el te amo, te ríes de gozo de alegría solo piensas en ello esperas con esa persona un para siempre serás de mi como yo de ti…
Ahora cuando llegan esas palabras que no esperas. Todo se acaba por una razón u otra llega esa palabra ¡¡¡fin!!! La que duele como nada, aquella que deja una profunda huella, el sufrimiento se agranda mas cuando amas de verdad sin juegos ni trucos para decir así tu principio y tu final, ya no hay 14 de febrero ya no hay nada que tu des y que recibas. Te sientes solo aburrido, completamente consumido en la tristeza, solo en la compañía de la soledad.